Tanto si eres un planificador financiero veterano que busca salir de un jefe tirano como si eres un novato que acaba de salir de la universidad, el sueño de abrir tu propia empresa de servicios financieros es probablemente una aspiración que te hace salir de la cama incluso en los días más lluviosos. El dinero, la autonomía, los cómodos horarios de oficina y el reconocimiento dentro de la comunidad forman parte del paquete, al menos en nuestros sueños. En realidad, crear una empresa de servicios financieros es un trabajo muy duro. Los que fracasan suelen ser los que no planifican.
Siga leyendo mientras exploramos lo que necesita saber para convertir su sueño en una próspera realidad empresarial. Repasaremos siete factores cruciales que debe tener en cuenta a la hora de iniciar su propia práctica.
La creciente demanda de planificadores financieros
La edad del planificador financiero medio está aumentando, junto con la edad de su base de clientes. Con ello, más planificadores están dejando sus prácticas mientras que más clientes potenciales están entrando en sus años de jubilación.
Este cambio demográfico en la población estadounidense está abriendo rápidamente nuevas áreas de especialización, como la atención a largo plazo y las inversiones alternativas. La generación más reciente de productos y servicios financieros también permite a las empresas de asesoramiento financiero satisfacer las necesidades de los clientes de una forma que no se podía prever incluso hace unos años. Estos factores han aumentado la necesidad de planificadores financieros cualificados.
Los veteranos y la retención de la base de clientes
Si usted es un veterano en este negocio que intenta independizarse, probablemente esté cansado de la constante presión de las ventas, la política de la oficina y otras restricciones corporativas que se le imponen ahora. En este punto de su carrera, es probable que haya desarrollado su propia filosofía de inversión personal, que puede diferir de los métodos propugnados por su actual empleador. También es posible que le preocupe la gestión de su cartera de negocios y crea que su base de clientes estaría mejor atendida en un entorno más independiente.
Aunque tener una base de clientes establecida es una gran ventaja para cualquiera que comience su propia práctica de planificación financiera, también crea su propio conjunto de problemas. Piense en cómo conseguirá retener a los clientes y cómo podrá seguir atendiendo a los clientes clave cuando traslade esas cuentas de una empresa a otra.